Puerto Williams tras el sismo: entre la coordinación ciudadana y los desafíos de anticipación

El reciente sismo de magnitud 7.5 registrado en el mar de Drake —uno de los más intensos en la historia reciente de la Región de Magallanes y la Antártica Chilena— activó protocolos de emergencia en distintas localidades del extremo sur del país. En Puerto Williams, donde el sismo fue percibido durante varios minutos, la reacción que tuvo la comunidad fue inmediata pero también evidenció importantes desafíos en torno a la coordinación institucional y la anticipación territorial.

Aproximadamente a las 10:17 h, quince minutos después del inicio del movimiento, comenzaron a sonar las sirenas de alerta de evacuación por tsunami. Esta brecha entre el tiempo de la emisión inicial desde el Centro Sismológico Nacional y su retransmisión local generó incertidumbre en parte de la población. Aunque finalmente no se reportó algún daño material, existió desconcierto inicial lo que puso a prueba las capacidades de respuesta y en la claridad de los protocolos vigentes.

En medio de este escenario, los propios vecinos fueron quienes llevaron a cabo una evacuación espontánea hacia las zonas seguras, que son la calle Teniente Muñoz y el Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC).. Este último fue el habilitado como un refugio temporal, gracias a la rápida acción del municipio y el apoyo de bomberos y personal de salud. La respuesta fue valorada como efectiva, en especial considerando que Magallanes no es una región en la que esté acostumbrada a este tipo de eventos sísmicos.

La situación que se vivió la ciudad de Puerto Williams, revela la necesidad de avanzar en herramientas que permitan anticipar no sólo el impacto físico de estos fenómenos, sino también en su dimensión social y organizacional. Es en este contexto, que el denominado modelo CASA (Análisis Complejo para la Adaptación Socioambiental), desarrollado por Complex Society Lab, aparece como una innovación clave para abordar estos acontecimientos.

CASA consiste en un modelo de análisis, de tipo territorial, que permite evaluar la resiliencia de las comunidades a partir de eventos críticos, teniendo en cuenta distintas dimensiones sociales —como salud, educación, gobernanza, acceso a los servicios y redes de apoyo— desde una estructura relacional. Basado en la ciencia de redes y grandes volúmenes de datos, el modelo permite simular cómo se propagan los efectos de una crisis en el tejido social, para identificar los componentes más vulnerables del sistema.

Particularmente en contextos remotos y en condiciones climáticas extremas como Puerto Williams, CASA ofrece capacidades predictivas que pueden apoyar a los tomadores de decisión en la planificación de estrategias diferenciadas. Además, al trabajar sobre una arquitectura universal pero adaptable a cada territorio, se ha sido capaz de visualizar no solo las debilidades estructurales, sino también en las fortalezas comunitarias que podrían ser clave durante una emergencia. De hecho, la versión preliminar del modelo proyectada sobre Puerto Williams ha visto de qué forma las afectaciones en ciertos componentes —como transporte, educación o servicios sanitarios— podrían generar efectos en cascada en otras dimensiones sociales, anticipando incluso potenciales focos de tensión o conflicto.

Lo ocurrido con el sismo del mar de Drake no solo puede interpretarse como un evento natural aislado, sino también como una señal de alerta frente a la urgencia de contar con sistemas de información y de coordinación más sólidos. Esta experiencia fue una fuente de aprendizajes valiosos sobre la importancia de la organización comunitaria, como también sobre la necesidad de fortalecer los mecanismos institucionales de respuesta.

En tiempos de incertidumbre herramientas como CASA permiten estar un paso adelante en la gestión territorial del riesgo: desde la reacción hacia la anticipación.